Herodoto De Halicarnaso Libros Populares

Herodoto De Halicarnaso Biografía y Hechos

Heródoto de Halicarnaso (Halicarnaso, 484 a. C.-Turios, 425 a. C.) fue un historiador y geógrafo griego, tradicionalmente considerado como el padre de la historia en el mundo occidental y el primero en componer un relato razonado y estructurado de las acciones humanas.[1]​ Ἡρόδοτος (Hēródŏtŏs) [eródotos] en griego antiguo Ηρόδοτος en griego moderno Herodotus en latín. Dedicó parte de su vida a efectuar viajes para obtener la información y los materiales que le permitieron escribir una obra de gran valor histórico y literario.[1]​ No obstante, recibió severas críticas incluso por parte de sus contemporáneos por incluir en su trabajo anécdotas y digresiones que, aunque proporcionaban informaciones valiosas, poco tenían que ver con el objeto de estudio que se había propuesto: las luchas de los persas contra los griegos.[1]​ Obra Historiografía Se le considera el padre de la historiografía. La primera vez que se le cita de esta forma es en el ciceroniano De legibus (1, 5, 5) por su famosa obra Ἱστορίαι (Historiae, en realidad Historias, también conocida como Historia) literalmente «investigaciones, exploraciones» (de ἵστωρ, v 'saber, conocer') escrita probablemente en Turios, una colonia panhelénica situada en la Magna Grecia. El terminus post quem de la obra se sitúa en el año 430 a. C. Las Historiae o Nueve libros de historia[2]​ son consideradas una fuente importante por los historiadores por ser la primera descripción del mundo antiguo a gran escala y una de las primeras en prosa griega. El primer párrafo anuncia: El conjunto fue dividido en nueve libros por su editor alejandrino del siglo III o II a. C., uno por cada musa: Clío, Euterpe, Talía, Melpómene, Terpsícore, Erato, Polimnia, Urania y Calíope. En ellos narra con precisión las Guerras médicas entre Grecia y Persia a principios del siglo V a. C., con especial énfasis en aspectos curiosos de los pueblos y personajes de unos y otros, al tiempo que describe la historia, etnografía y geografía de su tiempo. Para sus obras históricas recurrió a fuentes orales y escritas. Cuando menciona las primeras, casi siempre alude a sus informadores de forma indefinida («según los persas...», «a decir de los griegos...»; «unos dicen... otros, en cambio, sostienen...»). Del carácter parcial y poco fiable de sus fuentes era consciente el propio autor, que escribió: Entre las segundas pueden hacerse tres grandes grupos: a) datos obtenidos de los poetas, que conocía bien; b) inscripciones, listas oficiales y administrativas de los distintos Estados y oráculos y, finalmente, c) informaciones de los logógrafos y la literatura de su época. Entre los poetas cita a Homero, Museo, Bacis, Olén, Aristeas, Arquíloco, Esopo, Solón, Alceo, Safo, Laso, Simónides de Ceos, Frínico, Esquilo, Píndaro y Anacreonte. Pese a esta inspiración poética de Heródoto, influjo quizás de su tío Paniasis del que asume la idea de un hombre impotente ante una divinidad que castiga sus faltas y su soberbia (hibris), se muestra a menudo crítico con dichas fuentes. En cuanto al segundo tipo de fuentes, realiza algunas interpretaciones ingenuas de textos escritos en lenguas que desconoce, como los jeroglíficos u otras lenguas, dependiendo del testimonio no siempre fiable de los intérpretes o los personajes consultados. Por otra parte, los oráculos, con frecuencia comentados post eventum, ofrecen problemas de datación importantes. El tercer tipo de fuentes está representado por los logógrafos, sobre todo Hecateo, y los filósofos presocráticos, algunas de cuyas ideas son citadas directa o indirectamente. En general, se inclina por obras de la literatura jonia. Como Hecateo, se muestra crítico, racionalizador o escéptico con las tradiciones míticas. Su metodología histórica se apoya en la verosimilitud apelando al sentido común, aplicada al análisis de tradiciones legendarias o controvertidas. Además, utiliza la interpretatio graeca, helenizando costumbres y culturas extrañas de pueblos que no conoce desde dentro. Saca a veces conclusiones erróneas, por ejemplo, de la escasez de leones comparados con otros animales infiere que las leonas paren un solo cachorro y una sola vez en su vida. Es patente, además, su ignorancia en nociones de táctica y estrategia militar. Este escaso rigor analítico se debe a que estaba aún en los albores del género histórico, pese a lo cual en la Antigüedad se le reconocía como «padre de la historia». Esto se evidencia en sus explicaciones de los acontecimientos humanos, en las cuales no está ausente la voluntad de los dioses.[3]​ Su sucesor, Tucídides, será quien excluya todo aspecto religioso y busque una explicación puramente racional, basada en la relación causa-efecto. Analiza los acontecimientos históricos intentando entender las causas o razones (aitiai) que los han causado, con un examen riguroso de las fuentes más allá del mero acopio de todo tipo de tradiciones. Tucídides sustituyó el tratamiento anecdótico y cuasinovelesco del pasado por el análisis metódico del presente. Mientras Heródoto titula su obra Historíe como fruto y resultado de sus investigaciones personales in situ, Tucídides no llamará así su obra. El primero era heredero de la logografía jonia, escribe en jonio, mientras que el segundo era heredero de los sofistas y la escuela sofística ateniense, escribe en ático.[4]​ Geografía Desde el punto de vista geográfico, Heródoto dejó constancia de una Ecúmene que se extendía desde Sudán a la Europa central y desde la India, en su límite oriental, hasta Iberia en el occidental. Durante el siglo VI a. C. el control que los cartagineses tenían de sus rutas comerciales por el Mediterráneo occidental y el estrecho de Gibraltar le impidió conocer fielmente esta parte del mundo y las costas atlánticas de Europa de primera mano, por lo que muchas de sus observaciones proceden de otras fuentes. División de la obra En la Antigüedad las obras se conservaban en rollos de papiro. El texto de las obras se distribuía en varios rollos, de longitud más o menos similar, y teniendo en cuenta su división por capítulos, pero no coincidía con la separación temática original. La tendencia era armar rollos de 6 o 7 metros, que formasen un cilindro de 5 a 6 cm de diámetro, cómodos para llevar en la mano. Hay fuertes indicaciones de que originalmente Heródoto ofreció su obra como una colección de veintiocho temas, llamados en griego logoi. Su extensión sería la adecuada para la recitación pública.[5]​[6]​ La división original sería la siguiente: Libro 1 Logo 1: historia de Creso (1.1-94) texto: Candaules, su esposa,[7]​ y Giges de Lidia texto: la historia de Arion Logo 2: surge Ciro el Grande (1.95-140) Logo 3: acontecimientos en Babilonia y Persia (1.141-216) texto: toma de Babilonia Libro 2 Logo 4: geografía de Egipto (2.1-34) Logo 5: costumbres y animales de Egipto (2.35-99) texto: costumbres egipcias texto: el hipopótamo texto: la momificación Logo 6: historia de Egipto (2100-182) texto: el bajorrelieve de Sesostris Libro 3 Lo.... Descubre los libros populares de Herodoto De Halicarnaso. Encuentra los 100 libros más populares de Herodoto De Halicarnaso

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