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San Alfonso Maria De Ligorio Biografía y Hechos

Alfonso María de Ligorio, C.Ss.R., (Marianella, Nápoles, 27 de septiembre de 1696 - Pagani, Reino de Nápoles, 1 de agosto de 1787) fue un sacerdote y religioso italiano, obispo católico y fundador de los redentoristas. Es considerado como santo por la Iglesia Católica y su fiesta litúrgica se celebra el 1 de agosto. Es uno de los religiosos más conocidos en la Iglesia Católica. Se lo considera un renovador de la moral de su tiempo.[1]​ Canonizado en 1839 y proclamado «Doctor de la Iglesia» en 1871, es el patrono de los abogados católicos, de los moralistas y de los confesores. Escribió más de 111 obras, entre las cuales cabe destacar el Tratado de Teología moral, escrito entre 1753 y 1755 y Las glorias de María, uno de los más renombrados libros sobre temas marianos,[2]​ escrito entre 1734 y 1750. Biografía Sus primeros años Bautizado con los nombres de Alfonso María Antonio Juan Francisco Cosme Damián Miguel Ángel Gaspar de Ligorio, fue hijo de José de Ligorio y Ana María Catalina Cavalieri de Ligorio. Fue el primero de siete hermanos en el marco de una familia de la nobleza napolitana. De niño le visitó san Francisco de Jerónimo quien anunció, junto con su bendición: «Este chiquitín vivirá 90 años, será obispo y hará mucho bien».[2]​ Ingresó en la Hermandad de la Nobleza aún joven y comenzó su formación intelectual aprendiendo los idiomas español, francés, griego y latín. También inició estudios de geografía, literatura, matemáticas, gramática, música, arquitectura, pintura y arte animado por su padre, quien deseaba que fuera un exitoso político. Este era un noble caballero del asiento de Portanova, además de alto oficial de la marina, y lo encomendó, desde muy joven, a tutores de alto rango, entre ellos el pintor Francesco Solimena, quien le enseñó los rudimentos de su arte, en que, con los años venideros, Alfonso demostró su capacidad. Con sólo 12 años se matriculó en la Universidad de Nápoles y, cuatro años más tarde, en 1713 se doctoró in utroque (esto es, en derecho civil y en canónico) tras haberse examinado con el gran filósofo e historiador Giambattista Vico), comenzando a ejercer como abogado a los 16 años. En 1718 obtuvo el nombramiento como juez del "Regio portulano" de Nápoles.En 1708, siendo un adolescente de 12 años, dados sus grandes conocimientos y capacidades, se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Nápoles, y esta Facultad lo aceptó el 19 de marzo de ese año en el Colegio de Doctores.[3]​ Como un caso excepcional, a los 16 años obtuvo con notas sobresalientes el grado de doctor en derecho civil y en derecho canónico. El sacerdocio Como abogado tuvo varios éxitos, ya que inspiraba confianza en sus defendidos y persuadía con su elocuencia y un marcado desprecio por el dinero. Sin embargo, decidió apartarse de la profesión cuando defendió al doctor Orsini contra el duque de Toscana. Cuando pensaba haber obtenido el triunfo de su cliente, le hicieron firmar una declaración amañada en la cual establecía que se había equivocado. Alfonso se retiró a su casa y se dedicó a rezar y a llorar. Acto seguido, hizo un retiro en el convento de los Lazaristas y se confirmó en la cuaresma de 1722, lo cual reavivó su fervor religioso. Cuando el 28 de agosto de 1723 visitaba a los enfermos del Hospital de Incurables, experimentó una llamada interior a renunciar a posesiones materiales y seguir a Jesucristo. Como esta situación se repitió, dejó el Hospital y renunció a su espada de caballero ante una imagen de María que había en la «iglesia de Santa María de la Redención de los Cautivos». Después ingresó como novicio en el Oratorio con la intención de ordenarse sacerdote. Su padre, molesto ante el fracaso de los planes de matrimonio que había concebido para su hijo y el rechazo a la abogacía de su hijo, ofreció una enérgica oposición durante dos meses a la decisión de Alfonso, pero finalmente se avino a darle su permiso para hacerse sacerdote bajo la condición de que viviese en su casa, algo que Alfonso aceptó siguiendo el consejo de su director espiritual, un oratoriano. El 23 de octubre recibió el hábito clerical y continuó los estudios sacerdotales en su casa. Recibió órdenes menores en diciembre de 1724 y el subdiaconado en septiembre de 1725. Fue ordenado diácono el 6 de abril de 1726 y poco después pronunció su primer sermón. El 21 de diciembre de 1726, a la edad de treinta años, fue ordenado al fin sacerdote. Rápidamente obtuvo fama en Nápoles como predicador popular y por un total de seis años se consagró a evangelizar la ciudad y su región. Vivía los primeros años de su sacerdocio con la gente «sin techo» y la juventud marginada de Nápoles. Atento a sus necesidades fundó las llamadas «Capillas del atardecer» organizadas por los propios jóvenes: lugares de oración, comunidad y escucha de las Sagradas Escrituras, donde también se prodigaban actividades sociales y de formación. Al momento de la muerte de Alfonso, el número de capillas activas alcanzaba las 72, con más de 10 000 miembros.[4]​ En 1729 resolvió ampliar el circuito misionero de su actividad, pues en el interior del entonces reino de Nápoles había encontrado gente mucho más pobre y abandonada que los niños y jóvenes que hasta entonces había visto por las calles de Nápoles ciudad.[4]​ Su forma de predicar, sencilla y directa («para que el campesino humilde pueda comprender el mensaje»), tuvo una fuerte influencia moral y espiritual en su audiencia. La «Congregación del Santísimo Redentor» El 9 de noviembre de 1732, Alfonso fundó la «Congregación del Santísimo Redentor», orden conocida hoy como Redentoristas.[3]​ La congregación, que por 17 años se llamó «Congregación del Santísimo Salvador», comenzó a funcionar en un pequeño hospicio perteneciente a las monjas de Scala. Aunque Alfonso era el fundador y de hecho la cabeza del Instituto, en un principio la dirección general fue asumida por el obispo de Castellammare di Stabia. Recién a la muerte de este último, el 20 de abril de 1743, Alfonso fue elegido formalmente como Superior-General. Fue el papa Benedicto XIV quien aprobó la Regla y el Instituto para hombres en 1749. Durante todos esos años, Alfonso le imprimió a su trabajo un carácter eminentemente misionero. Se dedicaba gran parte de cada año a atravesar el reino de Nápoles llevando misiones, incluso a los pueblos más pequeños. Su consagración episcopal Alfonso María de Ligorio fue nombrado obispo de la pequeña diócesis de Agatha dei Goti en 1762 por el Papa. Este nombramiento le aterró, queriendo renunciar de inmediato a tal honor. Sin embargo, el Papa no le aceptó la renuncia. Allí ejerció su ministerio episcopal entre 1762 y 1775.[3]​ Fue un innovador en sus esfuerzos por reformar la administración de la diócesis y elevar la calidad y el entrenamiento del clero. El período que permaneció en Agatha dei Goti fue aquel en el cual se produjo su transformación somática tan conocida iconográficamente, resultado de una artrosis cervical progresiva.[3]​ En 1775, como con.... Descubre los libros populares de San Alfonso Maria De Ligorio. Encuentra los 100 libros más populares de San Alfonso Maria De Ligorio

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