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Sebastian Saenz Biografía y Hechos

Manuela Sáenz de Vergara y Aizpuru o Manuela Saenz de Thorne (Quito, Virreinato de la Nueva Granada, 27 de diciembre de 1797-Paita, Perú , 23 de noviembre de 1856), conocida también como Manuelita Sáenz, fue una política y militar neogranadina prócer de la independencia hispanoamericana, que por sus actividades heroicas en favor de la Independencia del Imperio Español, recibió la orden peruana de «caballeresa del Sol» en 1822, por el general José de San Martín, el rango de coronel por el Congreso de la Gran Colombia por su participación en la batalla de Junín, igualmente recibió el título de Libertadora del Libertador que le otorgó Simón Bolívar al salvarle la vida durante la conspiración Septembrina en Bogotá.[1]​ Sostuvo con Bolívar una épica relación sentimental, intelectual y de ideales de la campaña libertadora, donde se le atribuye la concepción de la Patria Grande. Ella tomó parte activa en la guerra: montaba a caballo, manejaba las armas, muchas veces utilizó el uniforme militar y fue capaz de sofocar un motín en la plaza de Quito. Participó en la batalla de Ayacucho y fue edecana que resguardó los documentos del Libertador. Tras la muerte de Bolívar y la separación de la Gran Colombia fue criticada, denigrada, ignorada y desterrada por sus contemporáneos, persecución que aun siguió décadas después de su muerte. Vivió sus últimos días exiliada en el puerto de Paita en Perú, fue visitada por importantes personajes de la época, como Giuseppe Garibaldi (líder de la unificación italiana) y Herman Melville (escritor de Moby Dick), como también recibió la visita del ilustre maestro Simón Rodríguez. Conservó las cartas de Bolívar, a quien veneró hasta su últimos días. Manuela Sáenz empezó a ser reconocida por la historiografía independentista hispanoamericana contemporánea en el siglo XX como una gran heroína y prócer en la gesta de la independencia y es considerada un símbolo del feminismo en América Latina.[2]​[3]​ En 2007 el gobierno de Ecuador la ascendió post mortem al grado de general. Obra y vida Manuela Sáenz de Vergara y Aizpuru, nació en Quito el 27 de diciembre de 1797, aunque algunas fuentes citan otra fecha. Fue hija natural del hidalgo español Simón Tadeo Sáenz de Vergara y Yedra, nacido c. 1751 en Burgos, y de la criolla María Joaquina de Aizpuru y Sierra Pambley nacida en Quito. Su madre, que había sido enviada a la hacienda Cataguango, propiedad de los Aizpuru, a dar a luz, murió de fiebre puerperal, según demuestra el historiador Carlos Álvarez Saa. Su padre era funcionario de la Real Audiencia de Quito,[4]​ casado con Juana del Campo Larraondo y Valencia, ilustre dama nacida c. 1760 en Popayán, con quien tuvo varios hijos, hermanastros por tanto de Manuela. Su padre le llevaba de visita a la Hacienda Cataguango que compartía con su esposa, quien siempre la trató con cariño y le prodigó afectuosos cuidados de madre. Se sabe que, por sus talentos y dones especiales, fomentó su interés por la lectura y le enseñó buenas costumbres. En los primeros años de su vida cuando salía del internado para pasar unos días en Cataguango, su padre le obsequia con dos esclavas negras Natán y Jonatás, dos niñas como ella para que jugaran y la cuidaran, se inició así en la niñez una amistad que les unió siempre, y fueron sus inseparables amigas y compañeras. En la casa paterna nació además un profundo lazo de amor con su hermano de padre, José María Sáenz de Vergara. Luego de haber completado su formación con las monjas conceptas, pasó al monasterio de Santa Catalina de Siena (Quito), de la Orden de Santo Domingo, para concluir así con la educación que en ese tiempo se impartía a las señoritas de las más importantes familias de la ciudad. En ese lugar, aprendió a bordar, a elaborar dulces, a comunicarse en inglés y francés, habilidades y labores que la mantendrían en sus años de exilio en Paita (Perú). En 1817 se une en un matrimonio arreglado por su padre con el acaudalado médico inglés James Thorne, mucho mayor que ella.[5]​ Por sus actividades proindependentistas, José de San Martín, luego de haber tomado Lima con su Ejército de Los Andes y proclamado su independencia el 28 de julio de 1821, le concedió el título de Caballeresa de la Orden El Sol del Perú. En 1821, a raíz de la muerte de su tía materna, Manuela decidió regresar al Ecuador, para reclamar su parte de la herencia de su abuelo materno, y viajó con su medio hermano, entonces oficial del batallón Numancia, ya integrado al ejército libertador con el nombre de Voltígeros de la Guardia y bajo las órdenes del general Antonio José de Sucre, que había recibido la orden de trasladarse a Quito, pero al no contar con la aprobación de su padre o su marido no se le permitió participar directamente en el campo de batalla, encargándose de la asistencia de los heridos y del apoyo logístico. Allí conoció a Simón Bolívar. En un encuentro posterior, en el baile de bienvenida al Libertador, él le manifiesta: «Señora: si mis soldados tuvieran su puntería, ya habríamos ganado la guerra a España». Abandona a su marido, y Manuela y Bolívar se convierten en amantes y compañeros de lucha durante ocho años, hasta la muerte de él, en 1830. Los años turbulentos En 1823 Manuela acompañó a Bolívar al Perú y estuvo a su lado durante buena parte de las campañas, participando en ellas activamente, hasta culminar la gesta libertadora cuando se radicaron en la ciudad de Quito. Thorne en varias ocasiones pidió a Manuela que volviera a su lado. La respuesta de ella fue contundente: seguiría con Bolívar y daba por finalizado su matrimonio. Admiraba grandemente a Simón Bolívar y compartían el mismo ideal. Coronela del Ejército Colombiano Manuela Sáenz combatió bajo las órdenes del Mariscal Antonio José de Sucre en las batallas de Pichincha, Junín y Ayacucho,[6]​ que consagraron la independencia de Ecuador y Perú, respectivamente. Las cartas de Simón Bolívar dirigidas a Sucre, dan testimonio del pedido expreso de cuidado especial a Manuelita en el campo de batalla. Sin embargo, Manuela participó activamente tanto en la división de Húsares como en la de Vencedores. Estos hechos motivaron su ascenso a Coronela del Ejército Colombiano.[7]​[8]​ La libertadora del Libertador Durante su estancia en Santa Fe de Bogotá, el 25 de septiembre de 1828, el Libertador Simón Bolívar fue objeto de un intento de asesinato, frustrado gracias a la valiente intervención de Manuelita. Los enemigos de Bolívar se habían conjurado para darle muerte aquella noche de septiembre. Al entrar al palacio de San Carlos (hoy en día sede de la Cancillería de Colombia), frente al teatro Colón, Manuela se da cuenta del atentado, y se interpone a los rebeldes, con el fin de que Simón Bolívar tuviera tiempo de escapar por la ventana. En conmemoración de estos hechos en esta casa se colocó una placa con las siguientes palabras: "SISTE PARUMPER SPECTATOR GRADUM / SI VACAS MIRATORUS VIAM SALUTIS QUA SESE LIBERAVIT / PATER SALVATORQUE PATRIAE / SIMON BOLIVAR / IN NE.... Descubre los libros populares de Sebastian Saenz. Encuentra los 100 libros más populares de Sebastian Saenz

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